Entrevista restauración a la carta y comida rápida
Esta entrevista corresponde a la división de restauración y restaurantes a la carta. Aquí podréis descubrir un poco más sobre el trabajo en un restaurante de Disneyland París y la experiencia personal de alguien que trabaja por primera vez en la empresa, comenzando con un contrato temporal de 3 meses y que, a las pocas semanas, ha conseguido un contrato indefinido. Espero que disfrutéis de esta entrevista con consejos muy profundos para afrontar este desafío en un país con un idioma completamente nuevo y desconocido.
Presentación
Tengo 28 años y nací en Venezuela. Viví en Oporto antes de trabajar en Disney y soy cocinera de profesión, apasionada por la cocina de oficio. Me encanta viajar.
¿Por qué decidiste trabajar en Disney?
Voy a ser muy honesta con este tema: la primera motivación para venir a Disney fue el salario, que era más alto que en Portugal. Necesitaba más ingresos para cumplir los diferentes objetivos que tengo de aquí a cinco años. Básicamente, fue por eso, pero también la magia de Disney me llamaba la atención, a nivel curricular, por cómo es trabajar en esta industria, en el área de hostelería y atención al público. Es un gran plus poder poner en el currículum que has trabajado en Disney. Aunque fueran tres meses solamente, abriría muchas puertas en el futuro.
¿Cuál es tu puesto actual en la división de restauración?
Trabajo en el Silver Spur Steakhouse como ayudante de cocina. Las funciones que realizo actualmente son muy básicas: preparar y confeccionar todo lo necesario para el servicio. Actualmente, paso la mayor parte del tiempo preparando y sirviendo los menús infantiles. Como cocinera en el restaurante, me encargo de hacer juegos y espectáculos con el grill para que los niños coman motivados.
Hay gente que trabaja de manera diferente, pero en mi experiencia, prefiero dar ese extra para que los niños estén contentos. Viendo cómo juegas con el fuego al cocinar y haciendo juegos con los compañeros mientras inventas historias en el momento de servir la comida, atrae y llama mucho la atención.
Por eso prefiero estar en la parte de los niños; es mi puesto favorito dentro del circuito que tenemos. Siempre hay rotación en las cocinas, tanto en horarios como en los puestos de trabajo. Un día puedes estar en la mise en place, otro día en el grill asando a la parrilla, ensaladas, postres; es muy rotativo. Hay puestos algo más fijos, dependiendo de los trabajadores que nos desenvolvemos mejor, como es mi caso.
¿Puedes explicar un poco más el puesto de cocina para los niños?
Es donde está el grill y las brasas. Hay una zona del servicio para adultos, donde un chef se encarga de esa parte central con el grill, y la zona donde se sirve la comida para los niños. En particular, mis compañeros no han tenido la iniciativa de querer jugar con los niños, pero lo estoy inculcando poco a poco para motivarlos a hacerlo. No es una obligación del puesto. La obligación es servir la comida en la porción justa para cada plato de niño: guarniciones, proteína, emplatado y llevarla a las mesas. Esta es la única parte donde los clientes tienen acceso a ver cómo cocinamos. Literalmente, cualquier cliente que pase puede acercarse a ver la carne, preguntar qué es cada cosa, los aderezos, etc.
Varía mucho la relación con el cliente. Aunque aún no hablo el idioma, a través de una sonrisa, riéndome, haciendo muecas, lanzando corazones o besitos, puedo comunicarme con ellos para que se sientan en familia.
Momentos más memorables que hayas tenido trabajando
He recibido tres «guest compliments» en los tres meses que llevo trabajando, pero algo que para mí fue más especial, fue una carta hecha por una familia española. Me puse a jugar con los niños como una payasa y estuvieron todo el día riéndose. Fue muy especial. Fue mucho más especial que el propio «guest compliment». El niño, antes de irse, me dice: «¡Tengo algo para ti!» Y cuando me dio la carta, me quedé muy sorprendida, porque pensé: «Estoy haciendo bien mi trabajo». Los dos niños habían firmado la carta y los padres también, agradeciendo el entretenimiento durante la comida. Al día siguiente, aunque no estaba, vinieron nuevamente a saludarme y me dejaron propina.
Si vinimos a Disney con la ilusión de hacer magia, ¿por qué no hacerla? Teniendo en cuenta que Disney no deja de ser un trabajo y que estás aquí para trabajar, nosotros decidimos con qué actitud vamos día a día a nuestro puesto. Si vamos con una actitud súper positiva, con ganas de brindarle al cliente la mejor experiencia, aunque sean mil o mil quinientos clientes por día, les vas a cambiar el día. Ya sea al cliente, a tu compañero que puede venir de mal humor, o a ti misma. Solo las cosas pueden mejorar, si tu mentalidad también cambia. Es una de las cosas que me digo todos los días: «Voy a Disney para hacer magia».
A pesar del nivel económico, que me hacía mucha falta, la mentalidad del concepto Walt Disney, estudiado por muchos en la hostelería y restauración, es muy importante. Es uno de los personajes más estudiados en cuanto a la atención al público en esta era. Los consejos que él daba eran: «Solo podemos hacer magia de uno en uno». Comencemos primero haciendo magia con nosotros mismos, creyendo en lo que hacemos, y seremos buenos el resto de la semana. La clave del éxito no es que todo el mundo comparta contigo la idea de que eres bueno, también debe haber personas que no estén de acuerdo contigo para motivarte a ser mejor.
Cuando trabajaba en campamentos, hace unos 10 años, estudié un poco la magia de Disney. Hacíamos trucos de magia, me disfrazaba de payasa, siempre hubo una motivación para complacer al cliente. El área de la hotelería y la restauración es servir con amor para llenar el corazón del cliente y el tuyo. Si no te gusta servir, no te metas en restauración, hotelería, ni atención al público. En esta vida vinimos para servir, a uno u otro, de una manera u otra. Servir con gratitud, mandando sonrisas a través de la comida, dando felicidad. No hay nada más chévere que ver a un cliente que sale del restaurante contento porque perdiste cinco minutos en contribuir a esa magia y darle un momento mágico.
¿Cómo fue el proceso de decidir ir a Disney y los recursos para buscar contrato?
La verdad, uno de los recursos más útiles que tuve fue tu apoyo, a través de la traducción de currículums, dudas y correcciones. Mirar muchas veces en la aplicación MyDisney Careers, dónde eran las entrevistas y postularme a muchos puestos. Postulé para mi puesto inicial, cocinera de primera, pero se me olvidó que no hablaba francés, entonces tuve que postularme varias veces y bajar mucho la categoría a nivel curricular. Pero, al final, el salario era lo importante. A nivel profesional y personal, sigo siendo cocinera de primera, pero debo seguir órdenes de otros empleados que llevan más tiempo en el restaurante.
Mi proceso fue ir viendo poco a poco lo que iba saliendo, postulando y viendo cómo las fases pasaban de: «tu currículum está siendo visto», «tu currículum ha sido aceptado para una entrevista». Antes de que saliera la jornada de puertas abiertas de Sevilla, comencé a postular a inicios de diciembre de 2023, luego tuve una entrevista en enero. Fui siguiendo mi objetivo final de trabajar con Disney. En 2022 me dije: «este año entro en Disney, ya sea al principio, a la mitad o al final. Lo conseguiré, aunque tenga que ir a Francia a las puertas abiertas de la propia Disney». Iba dispuesta a cumplir mi objetivo.
Mi idea era salir de Oporto a la convocatoria de puertas abiertas en Sevilla y luego a las de Madrid, pero lo que ocurrió es que me equivoqué de fechas y tuve que quedarme unos días más en Sevilla, esperando la fecha correcta. Tenía una entrevista preseleccionada una semana después de las jornadas de puertas abiertas, online, pero decidí ir antes a las puertas abiertas por la aventura, la experiencia y la comodidad de hacer un viaje tipo «roadtrip». Iba acompañada por mi mejor amiga, fue un viaje de chicas muy, muy divertido desde Oporto a Sevilla, y nos encontramos con amigos durante el viaje.
¿Cómo viviste la jornada de puertas abiertas en Sevilla?
El día de la convocatoria, había mucha gente en el vestíbulo, todo muy bien organizado y señalizado. Había postulado por la aplicación, así que tenía un pase preferencial. Era literalmente como un «fast pass», por haber rellenado las preguntas básicas antes. Llevé mi currículum en papel, por si acaso, en portugués, inglés y francés. Aunque con francés ya bastaba. Llegué a la parte de identificación: presenté mi currículum, la convocatoria y mi DNI. Entré en una sala donde nos dieron unos folletos y pusieron un video tradicional del mundo Disney y sobre el trabajo en la empresa. Después de unos pocos minutos, me llamaron para la entrevista.
Estaba llena de miedo porque no hablo ni francés ni inglés. Hay conceptos que solo conozco en portugués y algunos en español. Mi suerte fue el entrevistador. Llegué y le dije: «No hablo ni inglés ni francés». Me preguntó: «¿No me puedes dar una pequeña explicación en inglés o francés de quién eres tú?» Le contesté que podía decir una sola frase de presentación y me dijo: «Tienes suerte porque hablo español, entiendo portugués, hablo un poco de italiano, y hablo inglés y francés». Comenzó con la entrevista, preguntando quién era y si era consciente de que para trabajar en Disney necesitas como mínimo un nivel B1 en francés. Contesté que era consciente, pero fui más lista y, como estaba inscrita en una app para aprender francés, le mostré la inscripción diciendo que no lo hablaba aún, pero que aquí estaba la prueba de que quería aprender.
Expliqué por qué quería trabajar en la empresa, aprender cómo un gigante de la hotelería maneja el stock de la restauración, el costo de los alimentos de cada restaurante: pérdidas, nivel de ganancias, alimentos, etc.
También me preguntó de dónde era: conté que de Venezuela, con nacionalidad portuguesa. Le expliqué que, al tener la doble nacionalidad, no necesitaba documentos para trabajar en Europa. Esto también lo preguntan, ya que hay gente de todas partes del mundo que postulan y a veces requieren de permiso de trabajo y residencia.
Consejos para las futuras entrevistas
Uno, cuando va a una entrevista, no puede pensar que el único que va a hablar es el entrevistador. Si tú vas y no preguntas, ¿para qué fuiste a la entrevista? Tienes que hacer tu parte de investigación: cómo trabaja la empresa, preparar tus dudas. Luego, cuando haces varias entrevistas y tienes varias propuestas, tienes que escoger en base a aquella información que preguntaste en cada una. No puede ser un monólogo, sin interacción por tu parte o interés hacia el entrevistador. Si no interactúas, el entrevistador pensará: «Esta no sabe dónde está parada», perderá el interés y rechazará tu candidatura.
Debes hacer preguntas de interés profesional, no banales: tiempo de trabajo, alojamiento, beneficios, organización jerárquica. En mi caso, a nivel de cocina, necesito tener esa información porque la cocina tiene una estructura jerárquica muy marcada, que comenzó con la revolución de la cocina francesa. Es un sistema jerárquico piramidal.
También me preguntó a qué puesto me postulaba. Dije que al puesto de cocina. Ahí comenzaron las preguntas muy técnicas: normas de seguridad alimentaria, temperatura de ebullición del agua, normas de higiene personal, cómo vestir el uniforme y más. A cuántos grados deben estar las cámaras frigoríficas. Es importante que la gente lo sepa para la entrevista y estar preparados, así demuestras tus conocimientos. Otra de las preguntas que me hizo fue: «Si no hablas francés, ¿cómo me garantizas que vas a hacer bien tu trabajo?» Contesté: «Mostrándole a usted y a mis jefes las ganas que tengo de ser contratada». Tienes que venderte como si fueras de oro, tú eres el mejor en lo que haces, te lo tienes que creer, el día antes y durante la entrevista, porque si no te vendes bien, nadie te compra.
Siempre lo digo: en la entrevista debes venderte. Como decimos en Venezuela, véndete «como la pepa del mango», lo más bueno y rico de la fruta. Tú eres lo mejor que Disney tendrá en su staff. Me dijo que iban a ver si, con suerte, me incluían dentro de la bolsa de trabajo.
Después de eso, acabé la entrevista y me fui a casa. Aún quedaban dos semanas para la siguiente entrevista en línea, y justo el día antes me llegó un correo con un contrato. Justo en mi otro trabajo estaba buscando opciones para salir y buscar algo mejor, y ahí estaba el contrato. El correo no decía nada de contratos ni meses, solo que había pasado el proceso de selección, dándome la bienvenida. Ahí es donde debes tener mucha paciencia en esta fase, porque pasó un mes hasta que me llegó el contrato. Era un contrato de 3 meses en verano: junio, julio y agosto, hasta el 2 de septiembre. Pregunté si había posibilidad de ir antes a trabajar, ya que estábamos aún en enero, pero me dijeron que por mi nivel de francés no era posible, así que tenía más tiempo para estudiar. A pesar de tener el conocimiento de «demi chef de partie», no podía asumir ese rol porque necesitas explicar cosas a los demás y no tenía el lenguaje, así que fui como «commis de cuisine». Firmé el contrato y esperé hasta abril para tener más información sobre la residencia y otros aspectos. No se vuelvan locos esperando que te respondan sobre el alojamiento mucho antes del contrato.
Preparación del viaje, residencias y pasaje
La residencia es Les Pleiades. Disney me devuelve solamente 75 € del viaje porque, al llevar 3 semanas, me propusieron un contrato indefinido (CDI) y dije que sí. Me dijeron que les gustaba cómo trabajaba y que querían ofrecerme alargar mi contrato. Un mes antes de la finalización de mi contrato temporal (CDD), me dieron el contrato CDI y lo firmé. Literalmente, al día siguiente del final del contrato, ya empecé el nuevo. Por suerte, pude pedir días libres para organizar mi vida en Portugal y traerme mis cosas.
Cómo afrontar el cambio de mentalidad de CDD a CDI
La primera fase es como un duelo. Puede ser un duelo emocionante: no vas a dejar de extrañar tu casa, tu cama, tu todo, a pesar de estar en un lugar nuevo. La primera semana será bellísima, llena de arcoíris. La segunda semana llega un choque de realidad: luchaste y luchaste, y ahora estás aquí. Es normal sentirse triste en esta fase. No reprimamos los sentimientos, porque eso nos puede perjudicar en el trabajo y en el futuro. Si no te permites sentir tristeza por extrañar tu cama, a tu perro, gato o quien sea, no vas a hacer un buen trabajo. Debes aceptar que es normal extrañar. Somos seres humanos llenos de costumbres y rutinas y, cuando las rompemos, llega el choque de realidad. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Nos quedamos llorando o buscamos el lado positivo? Me permití una semana de tristeza, una semana de luto, para decir «okey, ¿y ahora qué? Estoy aquí y estoy trabajando». Dejé que esa tristeza fluyera porque era necesario sentirla en ese momento.
Saudades
En portugués, hay una palabra muy bonita: «saudades». No tiene una traducción exacta en español. Es una especie de deseo, un sentimiento emocional vinculado a extrañar, a sentir falta de algo. Las «saudades» abarcan eso. Yo me permití sentir saudades de Oporto, de mi ciudad, de mi vida adulta. Me dije: «Okey, hasta hoy sentiré saudades. A partir de mañana, me permitiré esta tristeza solo una hora a la semana». Puse una alarma en el teléfono y, una vez a la semana, en mi día libre, me sentaba a llorar, hablar con gente con nostalgia o ver fotos. Permití que la nostalgia me atrapara, como en la película Inside Out, donde la tristeza toma el control del tablero. Luego, alegría y las otras emociones arreglan el desastre, pero la tristeza también necesita cumplir su función.
Esa es la mentalidad del inmigrante, ya sea temporal o permanente, como en nuestro caso. Sientes la tristeza y la sientes por mucho tiempo. Ves a mucha gente triste porque están sintiendo demasiado. Con una hora a la semana haciendo esto, con el tiempo, la tristeza deja de querer mostrarse. Gracias a Dios que estas emociones existen y nos ayudan a ver las cosas de manera diferente en cada situación.
Después, comencé a ir al parque sola, para que cuando viniera mi familia pudiera ayudarles a aprovechar el día. Ir al parque es complicado, debes organizarte bien como turista. Hice esquemas de atracciones, shows y tipos de turismo según las personas que me visitaban. Algunos amigos hicieron turismo centrado solo en los shows, otros solo querían atracciones fuertes y otros venían en familia, buscando atracciones para niños.
En esta fase inicial, aprendí a estar conmigo misma, a entender que el silencio es la mejor oportunidad para hablar conmigo misma y conocerme. Para saber qué quieres en los próximos meses. Realmente, si te surge una oportunidad como la mía, donde te proponen quedarte después de solo tres semanas, debes pensarlo muy bien. No respondí en el momento porque iba a definir mi futuro, mínimo, de un año. Personalmente, considero que el proceso para adaptarse es el siguiente: los primeros tres meses son la fase de enamoramiento con el contrato; los siguientes tres meses son de aprendizaje y adaptación; y los últimos seis meses son de descubrimiento, superación o desmotivación. No todo el mundo se conoce bien psicológicamente y es muy importante tener todo esto en cuenta.
¿Cómo es trabajar en un restaurante en Disneyland París?
Siempre hay gente a todas horas, de muchas nacionalidades y con mucha diversidad. En el Silver Spur hay entre 250 y 450 personas, según el día. La gente entra y sale continuamente. Tienes que adaptarte y eliminar la idea de que en ciertas horas se está más tranquilo, porque en Disney no es así.
Existen tres mundos paralelos totalmente diferentes: los que abren, los que llegan a mitad de jornada y los que cierran. Prefiero la entrada o la salida, porque si llegas a la mitad, debes adaptarte muy rápido, sin «briefing» y entrar directamente a trabajar.
Por la mañana, hacemos un briefing donde nos explican cómo irá el día, cuánto se facturó el día anterior, la ocupación prevista (si tenemos los datos) y la cantidad de tartas de cumpleaños para los encargados de pastelería. También nos indican qué puesto ocupará cada uno y preparamos todo para la apertura del restaurante a las 11:30h. Ya he hecho varios simulacros de evacuación, porque la seguridad es muy importante.
Los puestos son: postres, entrantes fríos y calientes, zona de comida para niños, parrilla (grill) y la zona de adultos. También está el puesto de mise en place, donde solo te dedicas a hacer preparaciones para todos los servicios. Si por alguna razón no estoy en ningún puesto, me mandan al otro restaurante: Lucky Nugget, donde se vende comida rápida.
Todo debe estar muy bien emplatado y salir a tiempo, con buena coordinación entre las diferentes estaciones. Las entradas pueden salir de tu estación o de otras, ya sean frías o calientes, y lo mismo aplica para la sección de postres.
A las 10:30h, tenemos una pausa de 45 minutos para comer hasta las 11:15h, que es nuestro primer descanso. Al mediodía o entrada la tarde, llegan los compañeros del siguiente turno y pasamos 15 minutos juntos. Durante ese tiempo, cierro mi estación, explico cómo ha estado la mañana, qué faltó por hacer y preparamos todo lo posible entre los dos. Luego, el compañero de la tarde se queda haciendo el servicio y cierra la cocina al final del día. Se limpia todo, se etiquetan y embalan los productos y el gerente de la noche revisa que todo esté en orden antes de que nos podamos ir.
Restauración de comida rápida
Somos un equipo que trabaja en tres restaurantes: Silver Spur’s Steakhouse (servicio a la carta), Lucky Nugget (comida rápida) y Last Chance Café (patatas fritas y platos como turkey leg). Este último abre solo los fines de semana.
En el Lucky Nugget, el servicio es mucho más tranquilo. Ya está todo cocinado, hay suficiente mise en place para trabajar y el emplatado no es tan elaborado como en el restaurante a la carta. En el Last Chance, todo se prepara para llevar, ya sea en una caja o en una bandeja, todo muy fácil. El Lucky Nugget vende hamburguesas y pescado frito. Los tres restaurantes están inspirados en el mundo cowboy de Frontierland. Solo podemos vender cosas que se comerían en el Lejano Oeste, como alimentos cocinados al carbón o a la leña, que duren mucho tiempo y que encajen en ese género.
En general, es muy simple, mucho más que en un restaurante a la carta. Hay menos platos, pero en volumen es mucha cantidad. Te da tiempo de sobra para todo, porque es una cocina de estilo producción, cada persona sigue la línea de producción: uno coloca la hamburguesa, otro el pan, otro la salsa y el último emplata y pone las patatas fritas. Al estilo McDonald’s, cada uno hace un poquito para cada plato, en lugar de prepararlo todo uno mismo como en las estaciones del Silver Spur.
Los platos se preparan por comandas: dos hamburguesas, un pescado, costillas, etc. En mi opinión, me gusta más el servicio a la carta, pero ir al Lucky Nugget me agrada por ser más relajante.
¿Es normal hacer rotaciones entre restaurantes?
No hay una rotación fija. Realmente, cada uno tiene su puesto, como en mi caso, que soy ayudante de cocina en el Silver Spur. Sin embargo, de vez en cuando te mandan a otro restaurante si hay demasiada gente en el tuyo y poco trabajo, o si los otros necesitan ayuda.
¿Qué te parece tu residencia?
Estoy en Les Pleiades. A nivel estético, es muy bonita y cómoda, cumple con las expectativas. No conocí La Boiserie ni la antigua residencia, pero me gusta. La habitación es un estudio con cama, armario (con pocas perchas, recomiendo comprar algunas más). Para alguien que cocina, faltan cuchillos que corten bien, ya que los que hay son de mesa, no de cocina. La habitación también cuenta con frigorífico, recogedor y escoba, armarios y un kit de limpieza de bienvenida. Hay ropa de cama, almohada y toallas. También tiene un microondas.
En la residencia hay una lavandería donde puedes lavar tu ropa por 3 € y secar por 1 €. Internet está incluido y funciona muy bien; honestamente, no me puedo quejar. Hay un área de gimnasio y una sala común que es genial en verano cuando hace mucho calor porque tiene aire acondicionado. Las habitaciones solo tienen calefacción. A nivel de convivencia, como soy más de estar en mi «vibe», no participo mucho, pero sé que muchos compañeros disfrutan de las áreas comunes y se lo pasan bien. También hay máquinas expendedoras de comida, café y bebidas y una nueva máquina que tiene cables USB y ese tipo de cosas. Puedes pedir una aspiradora y plancha para la ropa.
Si te dejas la llave dentro de la habitación, en seguridad o recepción te pueden dar una copia. Hay un área techada para guardar bicicletas y también plazas de parking. Son muy meticulosos con los vehículos: solo entran los coches registrados y tienes que mostrar el maletero a la entrada y a la salida. La residencia tiene áreas verdes que me gustan mucho. Puedes hacer picnics sin problema, además de juegos de mesa en las áreas comunes. Pago unos 400 € al mes.
* Si quieres ver fotos de la residencia, te dejo por aquí una galería de fotos.
Aspectos más difíciles que hayas encontrado en tu trabajo
El francés es uno de los temas más complicados. No tener la capacidad de comunicarme adecuadamente usando los términos correctos es difícil, pero, al ser una desventaja, también puede volverse una ventaja. Aquello que no sabes lo que es, de alguna manera te ves obligado a aprenderlo. Por eso, más que un aspecto negativo, lo considero un desafío. Para quienes disfrutan de los desafíos, es ideal.
Aprender francés desde cero, como es mi caso, implica llegar al país y al trabajo y, un día, sin darte cuenta, empiezas a decir cosas que significan completamente lo contrario, lo que genera situaciones muy divertidas. Mi evolución ha sido rápida, según mis jefes. A nivel de interacción lingüística, ya puedo mantener conversaciones básicas, aunque no sean las más profesionales.
Lo que más te ayudará a aprender francés es siempre preguntar cómo se dicen las cosas correctamente. Tener otro idioma de apoyo, como el español, o para otros compañeros el portugués o el poco inglés que hablo, también es útil. Aquí tienes y debes aprender ambos idiomas: francés e inglés. Uno de los motivos por los que vine a Disney. Me tomó dos años aprender portugués de manera fluida. Aquí, en 3 meses, ya puedo mantener una conversación decente. Pregunto mucho cómo se dicen las cosas y soy insistente. Cuando digo algo mal y los demás se ríen, lo tomo bien, nos reímos, pero luego pregunto para que me corrijan. Si no haces este esfuerzo, puedes estar aquí mucho tiempo y nunca aprenderlo.
Consejos de alguien que ha viajado y vivido en tantos lugares nuevos
No te dejes contagiar por la falta de motivación de algunos compañeros al trabajar en Disney. Llevo 7 años migrando de un lado a otro, he estado en muchas ciudades y me hubiese gustado que alguien me diera las herramientas o los consejos que hoy estoy compartiendo. Que me dijera: «es normal, abraza la tristeza, permítete estar triste y pon un horario para ello. Reconoce que, a veces, necesitas ayuda».
En la fase inicial de emigrar, lo único seguro que tendrás eres tú mismo. Si no estás bien contigo, acabarás viviendo una vida un poco más superficial de lo normal. Es importante estar en paz con uno mismo. Hago mucho hincapié en que venir a trabajar a Disney no es difícil si te conoces y estás conforme con lo que eres y lo que vienes a hacer. Si no te conoces, pero estás dispuesto a hacerlo, vas a lograrlo.
Disney, a nivel laboral, es como una relación: empieza todo muy bonito, con amor. Luego llega un poco de fricción, porque el amor no es tan perfecto. Después, sientes algo de tristeza y culpa porque dejaste lo que conocías, donde te sentías segura y tu zona de confort, para venir aquí a lo desconocido. Y, más tarde, llega la fase de aceptación: «okey, siento tristeza, pienso que debería haberme quedado». Aceptas esa tristeza y luego comienza una subida positiva de aprendizaje. No podemos retroceder, así que decidimos disfrutar, aprovechar, emprender y aprender. Cambiamos el pensamiento agresivo por uno protector.
Por cada pensamiento negativo o agresivo, habrá uno protector, ya sea que lo conozcas o lo estés descubriendo a través de preguntas. Si te haces las preguntas adecuadas, lograrás conectar más contigo y aliviar el peso de la mochila que supone venir tan lejos de tus amigos, tu familia, de todo.
¿Algo que quieras añadir para finalizar la entrevista?
Diría que venimos aquí para trabajar y aprender a estar un poco solos con nosotros mismos, para conocernos. No digo que no vayas a hacer amigos. Aquí puedes crear buenas conexiones y amistades duraderas. Vienes para aprender un idioma o perfeccionarlo, incluso para aprender otros idiomas. Las cocinas son internacionales. Hay personas que no hablan español o portugués y yo les enseño. Se aprende mucho de los demás. Vienes para salir de tu zona de confort en todos los aspectos y disfrutar. Te llevarás una experiencia muy valiosa.
Quedarse en Disney no es difícil. Si muestras interés en aprender, si estás dispuesto a ser constante y a dar el 100%, vas a gustar a los managers y podrás quedarte más tiempo. Lo difícil no es quedarse, lo complicado fue superar las entrevistas y, sobre todo, ese limbo entre la entrevista y la espera de saber algo sobre mi contrato.
En cuanto al francés, prepárate bien para la entrevista. Ten una pequeña presentación preparada para que el entrevistador no note que tu francés es malo, pero sé honesto y di que tu nivel no es el mejor, aunque tienes mucha motivación para aprenderlo y poder tener la suerte de trabajar en Disney. En tres meses ya entenderás el idioma. Pregunta. Pregunta sin parar a todo el mundo cómo se dicen las cosas, si están bien dichas y cómo se escriben. Quita los subtítulos a las series y, aunque no entiendas nada, hazlo para ir acostumbrando tu oído.
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